N° 1 - Maggio 2002 - Tradizione

 

Eurípides Valdés Lobán

Alicia García Bazán

Universidad de Pinar del Río

Cuba

 

La enseñanza del derecho romano en las Universidades cubanas

(Resumen)

 

 

I. La educación en Cuba antes del triunfo de la revolución de 1959.

 

Durante este período de nuestra historia, que se extiende desde la proclamación formal de la república – el 20 de mayo de 1902 – hasta el 31 de diciembre de 1958, la educación en Cuba, en sus niveles escolares de enseñanza primaria y secundaria básica, se caracterizaba por tener indicadores negativos como estos: el 22,3% de la población mayor de diez años era analfabeta(según cifras  oficiales) - aunque algunas fuentes de la época lo situaban en más del 40% -, y el nivel de escolaridad que, como promedio, alcanzaban los ciudadanos era solamente de cuatro grados.

            Sin embargo, diez mil maestros titulados no contaban con un aula para trabajar, en un país donde, contradictoriamente, existían 600 000 niños sin escolarizarse. Situación que se agravaba en el caso de los campos cubanos, hasta límites insostenibles, ya que, como regla, no existían escuelas rurales.

            El contraste entre la enseñanza privada y pública era manifiesto, en franco beneficio y privilegio de la primera - elitista por esencia y discriminatoria por principio -, en la que se prohibía, por ejemplo,  el acceso a niños negros o mestizos, grupos étnicos que representaban, al final de este período analizado, más del 35% del total de la población del país. La escuela pública, por su parte, estaba desatendida por los poderes constituidos y se le asignaban presupuestos irrisorios, lo que beneficiaba y aupaba, en desleal competencia, a una escuela privada cara, discriminatoria y excluyente de amplios sectores poblacionales.

            Por su parte, en cuanto a la educación superior en particular, son dignos de consignarse los siguientes datos, que dejan muy mal parada la situación de este nivel de enseñanza: Existían en Cuba tres universidades públicas y una privada - para una población de más de seis millones y medio de habitantes -, en las que solamente cursaban estudios un total de mil seiscientos ochenta estudiantes.

            Además, el país disponía de solo 12 000 graduados universitarios al cierre del año 1958, los que se concentraban - en su casi totalidad -, para ejercer su especialidad, en las grandes ciudades y demás poblaciones urbanas; por lo que el campo, en un país agrícola por excelencia, y sus habitantes estaban totalmente desatendidos y no priorizados por las políticas oficiales   .

 

 

II. La educación en la Cuba revolucionaria.

 

Esta etapa, iniciada el 1 de enero de 1959, se caracterizó, en el tema que nos ocupa, por el desarrollo de una profunda y radical revolución educacional, que trajo al país significativos avances y resultados, tales como: la  extinción del analfabetismo en el año 1961 - mediante el desarrollo de una Campaña Nacional de Alfabetización; el logro de la plena y universal escolarización de los niños y jóvenes( el 99% de los comprendidos entre los 5 y 12 años y, en el caso de los de edades de 13 a 16 años, más de un 95%); lo que ha permitido que el nivel mínimo alcanzado por toda la población cubana, al día de hoy, sea de nueve grados de escolaridad.

            En otro orden de cosas, tenemos que todos los niveles de enseñanza son públicos y la educación es universal y gratuita, al igual que el material docente y escolar que utilizan y gastan los estudiantes. Lo que se garantiza con la existencia  en Cuba de 172 421 maestros, para el mayor índice de maestros por habitantes de los denominados países del tercer mundo y entre los primeros a escala planetaria(para un promedio de catorce alumnos por maestro), y la plena y total cobertura de escuelas en el país, tanto en los campos como en ciudades y poblados. Destinándose, en consecuencia, más del 12% del Presupuesto del Estado a la educación, a pesar de la severa crisis económica que afecta al país desde la década de los 90 del siglo pasado.

            La educación superior también se incorporó a este proceso de revolución educacional, desde el propio año 1959, lo que nos permite afirmar, con legítima satisfacción, que hoy existen en Cuba 64 centros de enseñanza superior – en su totalidad de carácter público -, donde estudian unos 140 815 estudiantes, los que también disfrutan de la plena gratuidad de la enseñanza que reciben – que incluye, igualmente, todo el material docente y escolar -, y son atendidos por más de 70 000 profesores universitarios, ubicándose el país, en el indicador de promedio de estudiantes por profesor, entre los primeros a nivel mundial.

      Estas favorables políticas educacionales han permitido contar, en la actualidad, con más de 250 000 graduados universitarios, que prestan sus servicios a lo largo y ancho de toda la geografía cubana, en dependencia de las necesidades sociales y económicas del país, en conjunción armónica con sus intereses personales e individuales.

 

 

III. El Derecho Romano en los planes de estudio de las facultades de Derecho de las universidades cubanas.

 

Ante todo destaquemos que la enseñanza de esta disciplina se ha mantenido en el curriculum de la carrera de Derecho de las universidades cubanas desde su propio surgimiento, manteniéndose aún en la etapa de mayor radicalización del proceso revolucionario cubano y conservándose hoy con mayor vigor e importancia en los mismos. Lo que pone de manifiesto la prioridad y relevancia que la enseñanza del Derecho Romano ha tenido en el contexto de la educación superior cubana, durante todo su decursar histórico.

Procedamos ahora ha destacar los rasgos principales que caracterizan la enseñanza del Derecho Romano en la universidad cubana actual. Esta disciplina se incluye entre las denominadas asignaturas jurídicas básicas, que se imparten durante los dos primeros años de la carrera y se consideran, como su nombre lo indica,  esenciales para crear en el estudiante una cultura jurídica esencial y un pensamiento lógico – jurídico imprescindible, que le permita asumir el estudio de las demás asignaturas específicas de la especialidad.

Pero, además, el componente de Derecho Romano se encuentra presente, en forma específica, no solo en la asignatura de igual nombre sino también en la denominada Historia General del Estado y del Derecho en la Antigüedad, donde una importante parte de ella se dedica al estudio del legado de Roma a la evolución y desarrollo del Estado y el Derecho en el tiempo, así como a valorar su trascendencia en la modernidad.

Ambas asignaturas – Derecho Romano y Historia General del Estado y del Derecho en la Antigüedad – se imparten durante los dos primeros años de la carrera, constituyéndose en la antesala ideal que pertrecha al estudiante del arsenal categorial y doctrinal necesario para enfrentar el estudio de las disciplinas específicas de la misma, lo que pone de manifiesto el lugar de privilegio que le otorga la universidad cubana al Derecho Romano en su estrategia curricular.

Del mismo modo, el Derecho Romano es abordado, también, desde múltiples aristas y puntos de vista, por la mayoría de las asignaturas de las restantes disciplinas que conforman la carrera – tales como las ciencias penales, el Derecho Civil, la teoría de las obligaciones y la del contrato, entre otras - , al considerarse en ellas el tronco común romano – latino de sus principales instituciones y exaltarse el legado de Roma en el desarrollo de estas ramas del derecho. En definitiva, que el Derecho Romano, de hecho, se convierte, en la educación superior cubana, en lo que hoy la pedagogía moderna denomina una disciplina transversal, al calar, a todo lo largo y ancho, el plan de estudios de la carrera.

            Por otra parte, destaquemos que el Derecho Romano se enseña en Cuba no como un derecho “muerto” o “museable”, sino, y sobre todo, vivo en toda su vigencia, en la técnica de elaboración jurídica y presencia de sus principios en los debates contemporáneos acerca del papel del Estado y del Derecho en la modernidad. A este objetivo ayuda – sobremanera - que en Cuba enseñamos Derecho y no legislación, por lo que resulta evidente la necesidad, y se facilita el trabajo, de hacer llegar al estudiante la percepción de que es imposible conocer el sistema de derecho cubano sin conocer el Derecho Romano, sus fuentes, vigencia y legado para todo el mundo de raigambre romano – francés.

            Es justo reconocer que todo este camino andado, en el fortalecimiento del lugar y papel del Derecho Romano en las universidades cubanas, ha tenido a dos precursores y protagonistas de lujo, los profesores Dr. Julio Fernández Bulté y Dr. Delio Carreras Cuevas, a los que debemos eterna gratitud - profesores y alumnos - por lo que hicieron y hacen por mantener vivo y robusto el legado romano – latino en nuestras aulas universitarias y en todas las generaciones de juristas – hoy en el ejercicio activo de la profesión - de nuestro país.

 

 

IV. Perspectivas del Derecho Romano en la universidad cubana actual.

 

Además, en el caso de Cuba – país agredido y bloqueado por la potencia imperial hegemónica de la actualidad -, los romanistas hemos profundizado en la concepción del Derecho Romano como un derecho de resistencia, que nos brinda la posibilidad de una construcción jurídica alternativa al agresivo y dominante Common Law , concibiendo la latinidad como fundamento de nuestra rica y creativa técnica legislativa y como factor primigenio en la conformación de nuestro aparato ético y  de nuestros principios de lucha contra el dominio del modelo globalizador neoliberal, reto principal de nuestra civilización en los albores de este tercer milenio; espíritu y paradigma que llevamos a nuestros estudiantes, como componente de su formación humanística y axiológica básica y esencial.

Opino, por último, que la universidad cubana tendrá un gran protagonismo en la solución de los problemas de la Cuba de hoy - como lo tuvo ayer en la etapa prerrevolucionaria -, y será el que mantendrá en los próximos años de este tercer milenio de la era cristiana, como baluarte de una intelectualidad académica que deberá enfrentar los retos de mantener y conservar la libertad conquistada, la nación lograda y la independencia obtenida, con lucha y sacrificio de las generaciones que nos antecedieron.

Confío en que el alumnado y profesorado universitario cubano sabrá enfrentar, con toda la responsabilidad que el disfrute de la libertad conlleva, los retos del porvenir cubano, por el bien del país, la patria y la nación cubana. En este empeño estarán presentes, claro está, como “soldados” de primera linea, los profesores y alumnos de nuestras facultades de Derecho, pertrechados para el “combate”, también y en lugar importante, con el vigor y vigencia de la cultura, la identidad y el Sistema de Derecho que Roma nos legó por los siglos de los siglos.